"Una fuerte tromba de agua anegó el pueblo en apenas dos horas" La Verdad 24/10/08

La tormenta, la más fuerte en décadas, provocó inundaciones de caminos También Socovos sufrió sus efectos

Una fuerte tromba de agua se dejó caer en apenas dos horas -de seis a ocho de la tarde- el miércoles en Férez y otros pueblos de la comarca, como Socovos.

En algunos lugares de la zona, mediciones puntuales recogieron de 140 a 150 litros por metro cuadrado; tras la descarga más fuerte, siguieron precipitaciones más moderadas.

El gran volumen de agua provocó inundaciones generalizadas de caminos y carreteras locales, daños en los repetidores de televisión, rotura de ribazos, bancales y huertas anegados y otros efectos sobre el pueblo y su entorno.

Ayer mismo se produjo un largo apagón eléctrico, que dejó al pueblo varias horas sin luz.

Quizá el más espectacular de los efectos provocados por esta tromba fue que el Arroyo de la Mora, seco desde hace más de cincuenta años, se convirtió en un impetuoso torrente, de unos siete metros de altura por tres de altura, que arrastraba a su paso maleza, tierra e incluso grandes troncos y ramas.

Puente de la Mora

Numerosos vecinos se desplazaron hasta el puente, para ver esta impresionante corriente, que afortunadamente no llegó a taponar el puente; algunas personas aseguraban que en los últimos cuarenta a cincuenta años no se había vivido una tormenta semejante; pocas fueron las casas que se libraron de tener que sacar agua de su interior, patios y otras zonas, que en estas dos horas se anegaron.

La riada provocó un impacto generalizado en todo el casco urbano y el campo, pero no se tienen noticias de que provocase daños personales de ningún tipo.

Según algunos testigos, en la vecina localidad de Socovos, también castigada por esta tormenta, la riada que se formó en algunas calles llegó a arrastrar vehículos aparcados, además de provocar impactos similares a los de Férez.

Ayer, numerosas personas comprobaban los efectos de la tromba tanto en las viviendas y dependencias urbanas como en las huertas, dependencias del ganado y campos, para comprobar el alcance de una tormenta que, sin duda, tardará años en olvidarse por quienes la vivieron en toda su intensidad.

Dionisio Pérez